miércoles, 31 de octubre de 2012
Año de la fe
Pautas pedagógicas para el "Año de la fe" con los niños
Con gozo, queremos
reavivar y celebrar este año nuestra fe, en familia, con los niños
y con toda la Iglesia.
“La vida del hombre
consiste en conocer y amar a Dios” (CIC Prólogo).
El Testigo de Dios ha
experimentado su Amor, su cercanía, urgido por El, quiere vivir, anunciar y
compartir la Buena Nueva.
“Todos los fieles de
Cristo son llamados a transmitirlo de generación en generación, anunciando la
fe, viviéndola en la comunión fraterna y celebrándola en la liturgia y en la
oración” (CIC 3).
“Todos se reunían
asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles y participar en la vida
común, en la fracción del pan y en las oraciones” (cf. Hch
2,42).
PAUTAS PEDAGÓGICAS PARA
LOS PADRES Y CATEQUISTAS
Durante este año con la
ayuda de la Palabra de Dios y del Catecismo de la Iglesia Católica junto con los
niños vamos a reflexionar sobre la fe, don gratuito de Dios. Con los ojos fijos
en Jesús queremos buscarle, escucharle, celebrarlo y compartir la dicha de
creer.
Comenzaremos por
preguntarnos: ¿En qué consiste CREER?
Para ello vamos
a:
Profundizar en la Palabra de
Dios, buscando hombres y mujeres que por medio de la fe se han encontrado con
Dios y vivieron su fe.
Leer los primeros capítulos del
Catecismo de la Iglesia Católica.
“La fe es la respuesta
del hombre a Dios que se revela y se entrega a él, dando al mismo tiempo una luz
sobreabundante al hombre que busca el sentido último de su vida” (CIC
26).
Transmitir los contenidos de la
fe a los niños en un lenguaje claro y adaptado, sin perder el sentido sagrado de
la Palabra de Dios.
Celebrar con ellos “Encuentros con Jesús”
en momentos de oración personal y celebraciones comunitarias.
Jugar utilizando recursos y
actividades lúdicas.
Expresar y compartir lo que han
escuchado y experimentado
viernes, 26 de octubre de 2012
Para ti estudiante del Carmelo
Con la vivacidad que es propia de sus años, con el entusiasmo generoso
de su corazón joven, caminen al encuentro de Cristo: sólo Él es la solución de
todos sus problemas; sólo Él es el Camino, la Verdad y la Vida; sólo Él es la
verdadera salvación del mundo; sólo Él es la esperanza de la humanidad.
Busquen a Jesús
esforzándose en conseguir una fe personal y profunda que informe y oriente sus
vidas, pero sobre todo que se su compromiso y su programa de amar a Jesús con
un amor sincero, auténtico y personal. El debe ser su amigo y su apoyo en el
camino de la vida. Sólo Él tiene Palabras de Vida eterna (Cfr Jn 6, 68).” (blog tratarentreamigos)
Recuerdo constante de Dios (Del blog tratarentreamigos)
La oración es la vida del
corazón nuevo. Debe animarnos en todo. Nosotros, sin embargo, olvidamos al que
es nuestra Vida y nuestro Todo. Por eso, los Padres espirituales, en la
tradición del Deuteronomio y de los profetas, insisten en la oración como
“recuerdo de Dios”, un frecuente despertar la “memoria del corazón”: “Es
necesario acordarse de Dios más a menudo que respirar” (San Gregorio
Nacianceno). Pero no se puede orar “en todo tiempo” si no se ora, con particular
dedicación, en algunos momentos: son los tiempos fuertes de la oración
cristiana, en la intensidad y en la duración.
PASOS DE COLORES
"Dios camina a tu lado. Dios abre para tu vida un sendero"
Seguro que, con tantos colores, siempre hay tiempo para el Encuentro.
Es hermoso observar cómo cada uno de nosotros caminamos de manera diversa. Y que también nuestros pasos dependen de nuestro estado de ánimo, de nuestras vivencias, de nuestras metas.
Muchos de nuestros pasos se llenan de colores, de formas diferentes, de movimientos ágiles. Lo interesante es que Dios vela nuestros pasos, que intenta caminar a nuestro ritmo, que baila con nosotros.
Pero encontrar el camino por el que andar, no siempre es fácil. Recuerdo que tampoco para Francisco Palau lo fue; él mismo escribía en una de sus cartas:
"...yo me encuentro en igual caso que tú; estoy delineando mi camino" (Carta 19,8)"
Y unos años más tarde, compartía el modo como fue encontrando su camino: "Yo ya pienso que tú en la oración no dejas de suplicar con instancia al Señor para que manifieste cuál sea su voluntad. Persevera hasta ser oída. Aprendamos en tiempo de necesidad a confiar en Dios, a fiarnos de Él, a esperar en su protección, y no temas nos abandone; no desoye a quien le invoca y le busca de buen corazón. Dios solo conoce los destinos del hombre y los caminos por donde puede marchar (Carta 46, 3)"
Dios conoce nuestros caminos. Él anima nuestros pasos. Es hermoso comprender que cada uno de nuestros senderos forma parte del gran arcoiris del Reino, de la Buena Nueva que podemos proclamar y tantas personas desean escuchar:
Muchos de nuestros pasos se llenan de colores, de formas diferentes, de movimientos ágiles. Lo interesante es que Dios vela nuestros pasos, que intenta caminar a nuestro ritmo, que baila con nosotros.
Pero encontrar el camino por el que andar, no siempre es fácil. Recuerdo que tampoco para Francisco Palau lo fue; él mismo escribía en una de sus cartas:
"...yo me encuentro en igual caso que tú; estoy delineando mi camino" (Carta 19,8)"
Y unos años más tarde, compartía el modo como fue encontrando su camino: "Yo ya pienso que tú en la oración no dejas de suplicar con instancia al Señor para que manifieste cuál sea su voluntad. Persevera hasta ser oída. Aprendamos en tiempo de necesidad a confiar en Dios, a fiarnos de Él, a esperar en su protección, y no temas nos abandone; no desoye a quien le invoca y le busca de buen corazón. Dios solo conoce los destinos del hombre y los caminos por donde puede marchar (Carta 46, 3)"
Dios conoce nuestros caminos. Él anima nuestros pasos. Es hermoso comprender que cada uno de nuestros senderos forma parte del gran arcoiris del Reino, de la Buena Nueva que podemos proclamar y tantas personas desean escuchar:
"Dios camina a tu lado. Dios abre para tu vida un sendero"
Seguro que, con tantos colores, siempre hay tiempo para el Encuentro.
De la abundancia del corazón habla la boca
Tu tarea evangelizadora será así mucho más “fácil”, porque el hombre de hoy cree más a los testigos que a los maestros, y si cree a los maestros es porque son también testigos. Sólo si tú mismo conoces el rostro de Dios, que se te muestra en la oración, podrás ser rostro de Dios para los demás.
Para ser evangelizador necesitas ser orante. A veces, puedes pensar que lo que necesitas, para convencer, es ser orador, hablar bien, con entusiasmo,… pero para llegar a todo esto, antes, necesitas ser orante para ser tú mismo convencido por quien te puede decir palabras de vida eterna.
Tú mismo necesitas la Palabra de Dios; necesitas que esa Palabra sea en tu corazón manantial que salta hasta la vida eterna. Tu relación con la Palabra de Dios no puede ser (si es que es) sólo funcional, para aprender y transmitirla. Tú mismo debes escucharla, acogerla con sencillez y guardarla en tu corazón, para que te vaya haciendo testigo de su fuerza, de su capacidad de transformarte, haciéndote criatura nueva.
Tu tarea evangelizadora será así mucho más “fácil”, porque el hombre de hoy cree más a los testigos que a los maestros, y si cree a los maestros es porque son también testigos. Sólo si tú mismo conoces el rostro de Dios, que se te muestra en la oración, podrás ser rostro de Dios para los demás.
Es lógica la preocupación por la metodología, por saber preparar una reunión, por aprender qué decir y cómo decirlo, pero no podemos olvidar que “de la abundancia del corazón habla la boca”.
viernes, 19 de octubre de 2012
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