martes, 6 de mayo de 2014

Una flor de mayo para María



Una palabra modela toda la vida de María: ¡FIAT! ¡HAGASE! (Lc 1,38).

Desde la vida
- Las manos del alfarero buscan el barro para trabajarlo. La semilla busca la tierra para que estalle dentro la vida. La palabra sale corriendo buscando un corazón que la acoja.  
- Dios busca al ser humano; espera que éste responda.
- ¿Qué pasa con el barro cuando no se deja modelar? ¿Qué pasa con la Palabra cuando no es recibida? ¿Qué pasa cuando Dios está a la puerta y nadie le abre?
- Pero, ¿qué sucede cuando alguien dice “sí” a Dios? Que se cumple la promesa: “Mi Palabra no volverá a mí vacía” (Is 55,101-11). Que la tierra se llena de vida.
Texto bíblico:
María contestó: Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38).
Hágase. Y la Palabra se hizo carne en la tierra de María.
Hágase. Y en el mundo  se hizo espacio al rostro de Dios plasmado en una mujer.
Hágase. Y, en María, lo femenino se convirtió en lugar de encuentro de autocomunicación de Dios en el mundo.
Hágase. Y apareció en todo su esplendor la acogida y la entrega, la sensibilidad para captar el misterio de Dios y la ternura en el ser humano.
Hágase. Y María entabló un diálogo íntimo con la palabra, la guardó en el corazón; gracias a María la fe echó raíces profundas en la condición humana.
Poema:     
“El Padre abre sus manos,
y el Verbo vuela a tu arcilla;
y el espíritu de Amor
te fecunda con su Vida.
Eres la esclava de Dios,
eres Tierra prometida;
eres Nueva Humanidad
donde ha llegado el Mesías.
Alégrate, Virgen pura,
Vaso de cristal, María,
donde lo humano y divino
se hacen al hombre bebida”.
 Palabra de la Iglesia:
“María ha pronunciado este fiat por medio de la fe. Por medio de la fe se confió a Dios sin reservas y se consagró totalmente a sí misma, cual esclava del Señor, a la persona y a la obra de su Hijo. Y este Hijo... lo ha concebido en la mente antes que en el seno: precisamente por medio de la fe” (Redentoris Mater, 13).
 Canto: SANTA MARÍA
 Compromiso:
Abre tu casa para que sea lugar de acogida. Sé sensible a la vida y a todo lo que tiene vida. Acompaña a los pequeños. Escucha con oídos atentos la experiencia de los otros. Ante las sorpresas de Dios, ante su Palabra, di siempre: “Hágase, aquí estoy”.
 MARÍA, ALFARERA DE DIOS EN LA TIERRA,
AYUDANOS A DECIR SÍ A DIOS,
SÍ A LA VIDA,
SÍ A LAS VICTIMAS DE TODA LA TIERRA.  

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