Recuerdo constante de Dios (Del blog tratarentreamigos)
La oración es la vida del
corazón nuevo. Debe animarnos en todo. Nosotros, sin embargo, olvidamos al que
es nuestra Vida y nuestro Todo. Por eso, los Padres espirituales, en la
tradición del Deuteronomio y de los profetas, insisten en la oración como
“recuerdo de Dios”, un frecuente despertar la “memoria del corazón”: “Es
necesario acordarse de Dios más a menudo que respirar” (San Gregorio
Nacianceno). Pero no se puede orar “en todo tiempo” si no se ora, con particular
dedicación, en algunos momentos: son los tiempos fuertes de la oración
cristiana, en la intensidad y en la duración.
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